Muchas veces necesitaremos además de un abordaje analítico o narrativo de los problemas vitales, un acercamiento a lo más experiencial, al cuerpo, a la experiencia somática y emocional. De eso trata el focusing, de ponernos en contacto con nuestra sabiduría corporal y con la manera en que estamos viviendo cada experiencia en nuestra vida. Busca integrar emoción y razón en un diálogo profundo que sólo se da con la actitud de acogida respetuosa, empatía profunda y congruencia.
A lo largo de nuestra vida podemos sufrir momentos difíciles, algunos de ellos, por esa misma dificultad o impacto psicológico que tuvieron en su momento no pudieron ser procesados correctamente por nuestro sistema psíquico, por tanto esta información visual, emocional, cognitiva y física queda de alguna forma bloqueada y la persona no logra integrarla emocionalmente. Básicamente esa es la definición de lo traumático y además es la causa de que suframos determinadas perturbaciones o síntomas como ansiedad cuando un nuevo elemento presente conecta con esta información bloqueada.
A través del EMDR evocamos los diferentes componentes del recuerdo traumático y más tarde, se estimula la integración racional y emocional, procesando de una forma sana y consciente todas esas vivencias.